“Las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), reunidos en la Ciudad de Buenos Aires el 24 de enero de 2023, convencidos de la importancia que tiene este mecanismo intergubernamental de integración regional, de concertación, unidad y diálogo político para promover y proyectar a América Latina y el Caribe en el debate de los temas de la agenda global”, comienza el documento de 111 puntos al que accedió Ámbito. Los puntos más destacados son:

Compromiso democrático: los firmantes destacaron que “la democracia es una conquista de la región que no admite interrupciones” en una clara referencia al intento de golpe de Estado sufrido por Lula semanas atrás en Brasilia. Al mismo tiempo, el documento recogió las críticas realizadas contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su par de Venezuela, Maduro, y reafirma -de manera colateral, sin mencionarlos- que la celebración de “elecciones libres, periódicas, transparentes” es una “expresión de la soberanía del pueblo”, mientras que remarcaron la importancia de la “promoción, protección y respeto por los Derechos Humanos”, en un contexto en que se recrudecen la represión a las protestas en Perú.Integración regional: Además, la declaración destaca los acuerdos vinculados a la recuperación económica post-pandémica; a la seguridad alimentaria y energética; a la estrategia sanitaria y a la cooperación en materia ambiental. Por otro lado, los miembros de la comunidad manifestaron su compromiso por avanzar “con determinación” en el proceso de integración, “promoviendo la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural” de los pueblos, con el propósito de que América Latina y el Caribe “tenga plena conciencia de su proyección como una comunidad de naciones soberanas, capaz de profundizar los consensos en temas de interés común y contribuir al bienestar y desarrollo de la región, así como a la acuciante superación de la pobreza y las desigualdades e inequidades existentes”.Eje Deuda: Respecto al incremento de la deuda pública pospandemia, los firmantes exhortan a las entidades financieras internacionales y regionales a que “mejoren las facilidades crediticias a través de mecanismos justos, transparentes, accesibles y sin exclusiones” para que los países puedan recuperar la solvencia y el acceso a los mercados. “Reconocemos la necesidad de que los modelos económicos de los países de la región prioricen el desarrollo productivo con inclusión social y orienten sus recursos disponibles para alcanzar este fin”, aseguran los firmantes y señalan que “este objetivo sólo puede materializarse a través de una fuerte cohesión social dentro de los países, lo cual requiere de instancias y mecanismos de diálogo de alto nivel político”. Un mensaje a los organismos de crédito multilaterales. Brecha de género, cooperación ambiental y seguridad alimentaria: desarrollado a lo largo de varios pasajes del documento, los países se comprometieron a “impulsar acciones efectivas para garantizarlas”, además de reconocer que el legado de la pandemia agudizó contexto de violencia hacia las mujeres. La agenda climática se calificó de “urgente”. Cuba, Venezuela y Malvinas: Por último, el texto pidió expresamente por el “fin del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba”, no solo por ser contrario al derecho internacional sino también porque “causa graves daños al bienestar del pueblo”. Además, solicitó “la exclusión de Cuba de la lista unilateral sobre países que supuestamente patrocinan el terrorismo internacional”. Respecto a Venezuela, los mandatarios saludaron los acuerdos en el proceso de diálogo entre el Gobierno de Maduro y la oposición agrupada en la “Plataforma Unitaria de Venezuela”. En cuanto a la cuestión Malvinas, el documento manifestó el compromiso “a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional” para “lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias”, respaldando el reclamo argentino sobre las Islas del Atlántico Sur.

Presencias

Sin Maduro como imán de críticas, los cruces salientes fueron protagonizados por Luis Lacalle Pou con una crítica genérica a la “ideologización” de la cumbre y los dirigidos específicamente al Ministro de Economía argentino Sergio Massa por su calificativo de “hermano menor” para definir al país oriental. Fuera de eso, el chisporroteo previsible estuvo atemperado y la cumbre trascendió sin cuestiones que descollaran. Lo sucedido con la delegación de Chile que derivó en la renuncia de su canciller ocurrió más extramuros de lo que pudo penetrar el clima de la reunión. Los únicos cruces registrados ocurrieron en la primera jornada. Lo “soft” del clima estuvo contrastó, si se quiere, con la unanimidad de posturas respecto a la búsqueda de un eje integrador que aglutine a las 33 naciones que participaron del encuentro, incluidos los 14 presidentes que arribaron al país y fueron recibidos por Fernández.

Además de los presidentes y vicepresidentes asistentes, hubo invitados especiales que fueron Christopher Dodd (Asesor especial del presidente estadounidense Joseph Biden para las Américas), QU Dongyu (director de la FAO) y Charles Michel (presidente del Consejo Europeo). También estuvieron programados los mensajes del presidente de China, Xi Jinping, y de Droupadi Murmu, presidenta de la India, ambos con sendos apoyos a la Celac.

Acción

La coincidencia central con la que transcurrió el encuentro fue una suerte de activación del foro más allá de lo diplomático para pasar a una integración activa. “Acción” fue la idea fuerza que recorrió las ponencias más allá de su diversidad. La idea de que las políticas regionales a implementar no quedaran solo en discursos. Desde lo ya anunciado como incremento del comercio o áreas integradas hasta el funcionamiento de bloque propuesto para fortlecer esa unidad frente a otros bloques políticos y económicos del mundo.

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