Actualizado Lunes,
11
diciembre
2023

20:36

«Se niegan a decir dónde fue trasladado»

Alarma en el equipo de Navalny: seis días sin saber de él y en su cárcel dicen que ya no estáEL MUNDO (Vídeo) / AP (Foto)

El líder opositor ruso Alexei Navalny ha desaparecido en la maraña del sistema penitenciario ruso. Ya no está en la cárcel número 6 en la aldea de Melejovo, en la región de Vladimir. No hay pistas sobre su paradero y hace casi una semana que no tienen noticias de él.

El equipo del disidente ruso encarcelado ha dado la voz de alarma: aseguran que ni ellos ni sus abogados han tenido noticias suyas en seis días. La semana pasada se negaron a permitir que un abogado lo visitara en la colonia.

Navalny, que cumple una condena de 19 años acusado de extremismo, debía comparecer ante el tribunal este lunes a través de videoconferencia, pero su intervención se canceló. Los funcionarios de la prisión alegaron problemas de electricidad. Posteriormente, se informó de que ya no se encontraba ahí. «Se niegan a decir dónde fue trasladado», denuncia la secretaria de prensa de Navalny, Kira Yarmysh.

Navalny está pendiente de un traslado a una cárcel de «régimen especial», el nivel más severo del sistema penitenciario ruso, después de que fuera sentenciado en agosto a otros 19 años de prisión, además de los 11 y medio que ya cumplía. Según Yarmysh, en los últimos días los abogados tampoco han podido acceder a Navalny.

El proceso de traslado de prisioneros por ferrocarril en Rusia puede llevar semanas. Es habitual que los parientes y familiares no reciban información sobre su paradero y estado de salud hasta que el recluso llega a su destino. El tamaño del país, combinado con la ubicación de las colonias penitenciarias en la periferia, significa que los presos se enfrentan a viajes de miles de kilómetros.

Los traslados suelen durar un mes o más, y los presos son transportados en furgonetas y vagones de tren especialmente diseñados, «donde las condiciones de hacinamiento suelen ser tan malas que equivalen a tortura y otros malos tratos», según un informe de Heather McGill, investigadora que en 2017 realizó un estudio para Amnistía Internacional.

La única obligación legal de las autoridades penitenciarias rusas de cara a los familiares o representantes legales sobre el paradero del recluso es una normativa que les exige informar a un familiar en los 10 días siguientes a la llegada del recluso a la nueva institución penitenciaria. Por eso pueden pasar días o semanas hasta que los familiares y colaboradores de Navalny sepan dónde está y en qué estado. En algunas ocasiones los viajes suelen durar un mes o más, y las autoridades penitenciarias pueden tardar en enviar la notificación. La incertidumbre en algunos casos dura meses.

La campaña de las presidenciales

Durante la jornada del lunes el personal de la prisión IK-6 en Melejovo (235 kilómetros al este de Moscú) le dijo al abogado de Navalny que el disidente ya no está entre sus reclusos. «A qué lugar lo han llevado, es algo que se niegan a decir», informó la portavoz de Navalny en redes sociales. La ‘desaparición’ de Navalny coincide con el inicio del periodo de campaña para las elecciones presidenciales rusas, una convocatoria en la que Vladimir Putin confirmó el viernes que se presentará a otro mandato de seis años.

El asesor de Navalny, Leonid Volkov, publicó en redes sociales que el momento elegido para hacer desaparecer a Navalny es «0% de coincidencia y 100% debido al control político directo por parte del Kremlin», porque «Putin quiere asegurarse de que no se escuche la voz de Navalny».

Las autoridades de Rusia, que durante años lo ignoraron tratando de minimizar su importancia, decidieron volverlo a meter en la cárcel por corrupción en 2021 y ahora lo presentan —tanto a él como a sus seguidores— como un peligroso extremista con vínculos con los servicios de inteligencia occidentales que está intentando desestabilizar Rusia.

Navalny y su entorno defienden que los numerosos cargos que se le imputan, desde fraude y desacato al tribunal hasta la retahíla de acusaciones de actividades «extremistas», fueron todas fabricadas para silenciar sus críticas a Putin.

En Rusia no existe el concepto «acercamiento de presos». Moscú abolió el exilio como castigo en 1992, pero la idea de que los condenados deben ser enviados lo más lejos posible como forma de castigo sigue arraigada en el sistema penitenciario. Los presos que hayan cometido delitos especialmente graves también pueden ser enviados todavía más lejos y Navalny ha sido señalado por el régimen de Putin como un enemigo del sistema.

About Author

Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial
Verificado por MonsterInsights