Pasado el susto, Jorge Glas ha regresado a su celda de La Roca, la prisión de máxima seguridad en Guayaquil que le alberga desde el pasado sábado. El ex vicepresidente de Rafael Correa estuvo ingresado durante un día en el Hospital Naval debido, según la versión oficial, a la voluntaria falta de ingesta de alimentos. Un convoy de 15 vehículos, incluidas dos tanquetas militares, culminó el operativo en pocos minutos.

Durante el lunes se mascó la tragedia en la crisis provocada por el asalto policial a la Embajada de México en Quito, de donde Glas, condenado por corrupción y con orden judicial de detención, se había refugiado para huir de la justicia. Según el abogado Andrés Villegas, su defendido tomó una sobredosis de medicamentos para dormir. Fuentes hospitalarias confirmaron a la cadena Ecuavisa que se trató de una sobredosis del antidepresivo Quetiapina.

«No nos detendremos hasta que pare el secuestro de Jorge Glas. Pese a lo que quiera posicionar la mafia mediática y Gobierno ecuatoriano, el único responsable de lo que pueda pasar es Noboa», ha fustigado Correa, que también es prófugo de la Justicia, desde Europa.

México ha aprovechado para revelar imágenes inéditas de sus cámaras de seguridad en el interior de la embajada, dónde se comprueba que la unidad de élite policial se empleó con dureza para impedir que el diplomático Roberto Canseco protegiera a Glas, con varios derribos incluidos. Al ex vicepresidente lo sacaron agarrado por cuatro policías, que le portaron cogido por las piernas y los brazos y sin tocar el suelo.

Con la presión revolucionaria en Ecuador y la condena internacional unánime se mantiene el pulso entre los dos presidentes, Andrés Manuel López Obrador y Daniel Noboa. Incluso Correa, aliado estrecho del mandatario mexicano, le animó a redoblar sus acciones, incluso exigió que se sancione duramente a su país. «Tenemos que ir a las acciones. Si no existen sanciones concretas, esto quedará en la impunidad y será un precedente nefasto. Es invasión de un país extranjero», ha disparado Correa.

«Traición a la patria»

Daniel Noboa, que se enfrenta la semana que viene a un referéndum clave para su presidencia, ha recogido el guante y ha acusado al ex presidente de ser un traidor a la patria. «Unos políticos ecuatorianos caducos han solicitado a México que nos declare la guerra y a la comunidad internacional que nos sancione económicamente. Es una traición a la patria nunca antes vista«, ha protestado el primer mandatario ecuatoriano, quien por primera vez se ha extendido sobre el porqué del descabellado asalto a la Embajada. «La justicia no se negocia», repitió el presidente más joven de las Américas, frente al más veterano.

Noboa sabe que se juega su futuro político. El año que viene se enfrentará a los comicios presidenciales con la bandera de la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, de la que Glas y Correa son sus principales símbolos. «Nuestra obligación es cumplir con los dictámenes de la Justicia y no podíamos permitir que se asilen delincuentes sentenciados», ha explicado Noboa a sus ciudadanos.

El propio mandatario, que se considera un «socialdemócrata moderado», pero que ha demostrado una mano de hierro sorprendente contra el crimen organizado, aseguró que pretendió evitar la burla otra «fuga» de correístas corruptos, como la protagonizada por la ex ministra María de los Ángeles Duarte.

El presidente andino tendió la mano a López Obrador, pero éste la rechazó de plano y amplió la diana de sus críticas e incluyó a Estados Unidos, tal y como ya había adelantado Nicolás Maduro en la guerra abierta entre presidentes, el último fenómeno político que sufren las Américas.

«Eso no lo hace un gobierno si no siente que tiene respaldo de otros gobiernos o de potencias, por eso vamos a llevar este asunto a la Corte Internacional de Justicia. A México se le respeta», arguyó López Obrador, quien también echó en cara a Washington y al gobierno canadiense lo que definió como una «postura ambigua».

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) ya ha convocado una cumbre para el viernes. López Obrador cuenta con tres aliados en la actual ‘troika’ del organismo panamericano creado por Hugo Chávez y Lula da Silva.