Actualizado Jueves,
11
abril
2024

18:16

El presidente chileno, Gabriel Boric, ha anunciado hoy al país que ha decidido llamar a consultas a su embajador en Caracas, Jaime Gazmuri, como respuesta a las declaraciones «irresponsables» del canciller chavista en torno al Tren de Aragua. «Esta medida tiene como objeto poder recabar información detallada sobre la situación actual en el país y evaluar todas las medidas que sean necesarias para proteger los intereses y la seguridad de nuestros ciudadanos», concretó Boric, con un tono muy firme.

Las declaraciones de Yván Gil, canciller chavista, sacudieron a Chile, uno de los países que sufre directamente la violencia del Tren de Aragua, un grupo mafioso transnacional surgido en Venezuela y que se ha desplegado por todo el continente para engrosar la élite del crimen organizado, junto a la guerrilla colombiana y a los cárteles mexicanos de la droga.

Gil señaló sin rubor que el Tren de Aragua es una «ficción creada por la mediática internacional», pese a que se ha convertido en el enemigo público número 1 en países como Perú y Chile. «Es un insulto», le respondió Carolina Tohá, ministra chilena de Interior.

El Tren de Aragua no sólo participa en el tráfico de drogas, trata de emigrantes, prostitución, venta de armas, contrabando y crimen cibernético. También prestó a sus sicarios para asesinar en Cartagena de Indias durante su luna de miel al fiscal anticorrupción de Paraguay, Marcelo Pecci, y para el secuestro y ejecución del teniente venezolano Ronald Ojeda, cometido en Santiago de Chile en febrero. Este crimen, que la familia del militar rebelde y sus compañeros de lucha achacan al Gobierno de Nicolás Maduro, sacudió a Chile y provocó un conflicto político. Ojeda contaba con asilo otorgado por el gobierno chileno.

«Venezuela no está colaborando con los países del sur, pero sí lo hace con EEUU. Acepta expulsiones desde EEUU a Venezuela, pero no lo está haciendo con los países del sur. No se hace responsable de esta situación», reprochó Boric al Gobierno chavista.

El Tren de Aragua nació en la cárcel venezolana de Tocorón, con el temido Niño Guerrero como gran líder. Desde allí desplegó sus redes por todo el continente, escondido dentro de la gran diáspora criolla, que crece sin parar dispuesta a superar la barrera de los nueve millones de emigrantes.

Tensión regional

El nuevo impasse diplomático llega en medio de la guerra abierta entre presidentes latinoamericanos, a la que se ha sumado la crisis de las embajadas tras el asalto de tropas de élite ecuatorianas a la legación mexicana en Quito. El cruce de insultos y amenazas entre los mandatarios ha alcanzado límites insospechados. Un ejemplo: las críticas de Boric a las cacicadas electorales de Maduro provocaron la reacción del caudillo sandinista Daniel Ortega, que calificó al mandatario chileno como el nuevo «Pinochetito».

Pese a formar parte de la Patria Grande, que reúne a dirigentes izquierdistas, revolucionarios y populistas, Boric ha denunciado desde el primer día las violaciones a los derechos humanos en Venezuela y Nicaragua, por lo que ha sido incluido en el grupo de la «izquierda cobarde» citado por Maduro en numerosas ocasiones.

Este nuevo conflicto sucede cuando el tira y afloja entre México y Ecuador no ha hecho nada más que empezar. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha anunciado hoy que exigirá a Naciones Unidas que suspenda a Ecuador como integrante del organismo. El Ejecutivo mexicano pretende demandar al ecuatoriano ante la Corte Internacional de Justicia, el principal tribunal de la ONU. El presidente mexicano también exige una disculpa pública al primer mandatario ecuatoriano, Daniel Noboa.

México ha contado con el respaldo de la comunidad internacional, que también presencia con temor la huelga de hambre que ha declarado el ex vicepresidente correístaJorge Glas en su celda de La Roca, la cárcel de máxima seguridad donde fue recluido tras su captura en el interior de la Embajada.

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