Fue una coronación en toda regla. Un solo candidato unificador para no exacerbar las divisiones. Unas manos seguras al timón para evitar la zozobra en mitad de la tormenta. Un capitán gris de 60 años para encauzar la ola azul del nacionalismo escocés. Sin renunciar al horizonte de la independencia, pero sin provocaciones ni estridencias.
John Swinney tomó ayer el mando de Partido Nacional Escocés (SNP) y se convertirá en el nuevo ministro principa
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