El funcionario saliente respondía a Nicolás Posse. Asumió en su lugar José Vila, de confianza del jefe de Gabinete y dirigente del radicalismo.
Con el desplazamiento de Nicolás Posse de la jefatura de Gabinete y el ejercicio de Guillermo Francos comenzó el efecto dominó en el armado de fichas del exministro que abarcaba varios tableros. Salió Silvestre Sívori y asumió Sergio Neiffert en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). En esa sintonía, el brigadier retirado Jorge Antelo, secretario de Estrategia Nacional presentó la renuncia a Francos y fue aceptada. Antelo llegó al Gobierno de la mano de Posse, a quien conoció cuando ambos trabajaban en Corporación América.
El sucesor designado y a la espera del decreto es José Vila. Dirigente radical, en la actualidad coordinador del think tank de la UCR, la fundación Alem. Vila, cordobés, tiene cercanía amistosa con Francos, el tipo de amistad fraguada en la contienda política. Se conocen de los 80. En 1989, Francos presidía el partido Federal y mediante la Confederación Federalista Independiente apoyó la candidatura presidencial del radical cordobés Eduardo Angeloz, el candidato que aglutinaba a los seguidores de Raúl Alfonsín, entre ellos: Vila referenciado siempre con “El Coti” Nosiglia.
El recién llegado no es un extraño en los menesteres estratégicos: se desempeñó como subsecretario de Internacionales del ministerio de Defensa durante el gobierno de Mauricio Macri. En ese periodo puso énfasis en la visión de una defensa abierta a la consolidación de alianzas regionales y extra regionales con el socio fundador de la OTAN, Estados Unidos, sin descuidar los países de interés en la UE.
Desde la fundación Alem a fin de 2023 emitió un documento orientador en el área de defensa con contenido estratégico. Por caso, definió a la relación con Brasil como “vinculación estratégica bilateral, que constituye una piedra angular de la integración regional en América del Sur”. Además, sugirió dar continuidad al Atlántico Sur como espacio de paz ante las nuevas demandas de la seguridad internacional y y también con Chile, para garantizar el flujo del tránsito interoceánico por el Sur del continente.
Se le reconoce expertise en análisis de inteligencia. El lugar común lo ubica como espía de carrera en la SIDE (de la que se jubiló) aunque el metier lo tuvo circunscripto a la elaboración de escenarios vinculados al mundo exterior muy lejos de la actividad de un agente de campo. Fue director de Análisis y más tarde lo destacaron a Washington como delegado de la agencia de inteligencia nacional.
La partida de Antelo, se dijo que fue “consensuada”, pone en alerta otras fichas del dominó que no están observadas, aunque penden del mismo efecto. Se atribuye al saliente secretario Antelo haber sugerido los postulantes de cargos importantes en la estructura militar del gobierno de LLA, por caso el titular del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac, y otros uniformados, marinos en retiro que intentaron llegar a la AFI y finalmente recalaron en la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM).
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