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Lejos de preocuparse por las sanciones internacionales, Corea del Norte busca disuadir a Estados Unidos con su costumbre de probar nuevos misiles, justo en el momento en que el mundo mira con atención la invasión de Rusia a Ucrania.

El 27 de febrero y el 4 de marzo, la historia pareció repetirse: el Gobierno del presidente Kim Jong-un disparó misiles no identificados, tras un mes sin lanzar cohetes al Mar del Japón, informaron a la prensa funcionarios surcoreanos.

Con estos dos últimos misiles, Pyongyang llegó a totalizar nueve proyectiles disparados durante 2022.

Para algunos analistas, el hecho no es casual ya que el viernes se inició la votación de las elecciones presidenciales del 9 de marzo en Corea del Sur, donde el principal candidato conservador, Yoon Suk-Yeol, advirtió recientemente que Pyongyang vería la invasión rusa de Ucrania «como una oportunidad para lanzar su propia provocación».

En una nota de opinión, publicada en el diario The Korea Times, el analista Park Jung-won señala que el nuevo presidente surcoreano «debería pensar profundamente por qué la Administración de Moon Jae-in fracasó en reanudar las relaciones con Pyongyang».

«Esto ocurrió porque Moon se acercó al régimen norcoreano con sentimiento nacionalista extremadamente romántico», opinó.

El 27 de abril de 2018, Moon y el líder norcoreano se reunieron en la zona de demarcación entre las dos Coreas, tras la guerra ocurrida entre ambos países entre 1950 y 1953.

El 10 de febrero, Moon dijo que estaba dispuesto a volver a entrevistarse con Kim para establecer un diálogo bilateral, informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.

Según los expertos, los últimos ensayos de Corea del Norte fueron un intento por perfeccionar la tecnología armamentista, con el fin de que el Gobierno del presidente estadounidense Joe Biden disminuya las sanciones económicas impuestas contra ese país.

«En plena invasión rusa de Ucrania, Corea del Norte no tiene mejor idea que mandar una señal concreta de que la zona Asia-Pacífico existe, de que ellos tienen misiles nucleares que pueden impactar a los vecinos y a los aliados de Occidente», dijo a Télam el analista Juan Battaleme.

El experto en Defensa, que es docente en Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), afirmó que la actitud de Pyongyang «se debe, principalmente, a que Corea del Norte ve esta guerra en clave de agresión de Occidente hacia Rusia, no de Moscú hacia Occidente».

«Además, Pyongyang está en la modernización de sus sistemas de misiles, por lo que aprovechan el momento para generar este tipo de acción política», señaló.

Battaleme explicó, asimismo, que los norcoreanos «tienen una fuerza de cohetes de corto y mediano alcance, relativamente buena, que va creciendo, y es así como Pyongyang hace funcionar la disuasión con Estados Unidos».

Un informe de la ONU, difundido el 6 de febrero, señala que Corea del Norte ha continuado desarrollando su arsenal nuclear y capacidades misilísticas durante el último año, a pesar de las sanciones internacionales impuestas contra ese país.

«Los ciberataques, especialmente sobre los activos de criptomonedas, siguen siendo una importante fuente de ingresos para el gobierno de Corea del Norte», menciona el documento anual, entregado a los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.

El informe destaca «la cantidad de importaciones ilícitas de petróleo refinado ha aumentado considerablemente» desde hace un año, pero señala que esto ocurre «a un nivel muy inferior al de años anteriores».

El trabajo fue confeccionado por expertos de la ONU encargados del seguimiento del embargo de armas y de las sanciones contra Corea del Norte.

Por otra parte, el Gobierno del presidente estadounidense Biden mantiene una relación mucho más fría con Kim que la que tuvo en su momento el exmandatario Donald Trump, durante cuyo mandato se reunió en tres oportunidades con el líder norcoreano.

A principios de febrero, la periodista de The New York Times, Maggie Haberman, señaló a la cadena CNN que Trump ha seguido en contacto con Kim tras dejar la presidencia de EEUU en enero de 2021.

«Como sabemos, tenía una fijación con esta relación», dijo la periodista que escribió un libro referido al magnate estadounidense llamado «The Confidence Man» (El hombre de confianza).

Durante la última cumbre realizada en Hanoi, Vietnam, el 28 de febrero de 2019, Trump rechazó las demandas de Kim de levantar las sanciones que pesan contra Corea del Norte, debido a que Pyongyang continúa con su programa nuclear.

Por primera vez, Trump se entrevistó con Kim en Singapur, el 12 de junio de 2018. Y luego mantuvo también un encuentro en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas, el 30 de junio de 2019.

A pesar de que la ONU prohibió a Corea del Norte realizar pruebas balísticas y nucleares, tras imponer varias sanciones contra ese país, Pyongyang continúa con sus ensayos militares.

Por eso, quizá, algunos expertos vaticinan que 15 de abril, llamado el «Día del Sol», cuando se cumpla el 110° aniversario del nacimiento del fundador de la dinastía comunista en 1948, Kim Il Sung, Pyongyang podría realizar una nueva prueba armamentista.

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