Nuevos ataques de tos obligaron al Papa a suspender la lectura de su discurso este sábado durante la ceremonia en el aula de las Bendiciones del juramento del presidente del Tribunal, Giuseppe Pignatone, que ha inaugurado el judicial en el Vaticano.

“Les agradezco todos su presencia y he preparado un discursos, pero sienten ustedes mi incapacidad para leerlo por la bronquitis”, dijo Francisco. Un funcionario, monseñor Ciampanelli, que lo acompaña en todas las ceremonias públicas, leyó el discurso y la ceremonia prosiguió.

El Papa no suspendió las audiencias de la mañana, que incluyeron un encuentro con el primer ministro alemán, Olaf Scholz.

«Durante las cordiales conversaciones en la Secretaría de Estado, se expresó satisfacción por las buenas relaciones y la fructífera cooperación entre la Santa Sede y Alemania, destacando la importancia de la fe cristiana en la sociedad alemana», indicó el Vaticano en un comunicado.

Entre «los temas de interés común» abordados figuró «el fenómeno migratorio».

«Además, se hizo especial referencia a los conflictos en Ucrania, Israel y Palestina, y al consecuente compromiso en favor de la paz, en la búsqueda incansable de una solución diplomática tan pronto como sea posible al cese de las hostilidades», añadió el texto.

El secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, dijo temprano: «Al papa lo vi anoche y está bien, me dijo que los controles médicos que se hizo hoy (en el hospital Gemmelli -isla Tiberanina, muy cerca de la Santa Sede) habían sido positivos”.

Pero ya no se habla de una simple gripe.

Las esperanzas de que los controles hospitalarios, sobre todo con una Tomografía Axial Computerizada (TAC) que controló el estado de los pulmones, había creado tranquilidad.

Pero este sábado a la mañana se demostró que el estado del Papa no ha cambiado. Desde noviembre que padece de una bronquitis que lo obligó a cancelar el viaje a la importante conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se realizó en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.

En su lugar, fue su número dos, Parolin.

Hace dos semanas el Papa inició los ejercicios espirituales de Cuaresma en el Vaticano, lo que le permitió un aislamiento de reposo, sin esfuerzos como los discursos que le producen tos.

Este sábado, en cambio, el mismo Francisco confirmó que prosigue la bronquitis que ataca sus pulmones y una moderada inquietud se consolida en los ambientes vaticanos, ante el temor que la bronquitis derive en una pulmonía, una verdadera prueba a un anciano Papa de 87 años.

Ya el año pasado, a fines de marzo, el pontífice debió ser internado por varios días por una neumonía, pero luego de un tratamiento con antibióticos pudo retomar en poco tiempo sus actividades habituales.

De todos modos, una serie de operaciones en los últimos años, y sus crónicos problemas en la rodilla por su artrosis lo han obligado en más de una oportunidad a suspender actividades, en medio de temores y preocupación.