Actualizado Domingo,
31
marzo
2024

01:18

El alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, ha recorrido los 39 distritos de la ciudad para ganar su reelección en los comicios locales que se celebran hoy. Encima de un autobús se acerca a centenares de vecinos del barrio de Üsküdar que enarbolan banderas del socialdemócrata CHP, la principal formación opositora del país. Este distrito de medio millón de habitantes eligió en las elecciones locales de 2019 al candidato del presidente Recep Tayyip Erdogan. Pero en todo Estambul el resultado fue muy reñido, aunque la oposición ganó con una ligera ventaja. Erdogan impugnó los resultados y hubo una segunda ronda, Y en ella el socialdemócrata Imamoglu ganó la Alcaldía ya con inequívoco margen.

En barrios como Üsküdar, de tendencia conservadora, el voto cambió de color apoyando a la oposición tras 20 años de mandato del islamista AKP de Erdogan en la gran ciudad. El partido gobernante perdió también la capital del país, Ankara, y grandes ciudades como Antalya o Hatay. «En 2019 cerramos un capítulo. Y este 31 de marzo el AKP será historia«, declaró Imamoglu ante sus seguidores en Üsküdar. Su gran contrincante es Murat Kurum, ex ministro de Medio Ambiente y Urbanismo bajo la Presidencia de Erdogan, un político cercano a empresas de construcción que no se encuentra entre las figuras más populares de su partido.

La contienda actual es tan importante como la de hace cuatro años: las elecciones son percibidas como un test de la popularidad de Erdogan y de la fuerza de las formaciones opositoras. Gobernar en grandes ciudades como Estambul, Ankara o Esmirna significa tener un gran control sobre la economía del país, el comercio y el turismo. «En un contexto cada vez más autoritario, donde el presidente controla el Ejecutivo, el Parlamento y el Poder judicial, los gobiernos locales son la única plataforma que les queda a los partidos de la oposición», describe Berk Esen, analista político de la Universidad de Sabanci en Estambul.

Las encuestas apuntan a que la formación opositora CHP podría ganar de nuevo en las grandes ciudades del país. Sin embargo, el partido no cuenta con el apoyo de otras formaciones opositoras clave debido a divisiones derivadas del fracaso de las presidenciales del año pasado, en las que Erdogan renovó su Presidencia. Estas opciones políticas, que van desde el ultranacionalismo a la izquierda kurda, podrían arrebatar votos al CHP, una cuestión que preocupa especialmente en Estambul. En los últimos comicios el partido de izquierda kurda DEM contribuyó a la victoria de Imamoglu con su apoyo, pero ahora ha presentado candidato propio en Estambul, donde viven cerca de cinco millones de kurdos. Por otro lado, DEM espera poder recuperar las alcaldías del sureste que fueron intervenidas por el Gobierno, que retiró y encarceló a 59 de los 65 de sus alcaldes bajo acusaciones de terrorismo.

«Imamoglu tiene una gran popularidad. Si gana saldría más fuerte y podría presentarse en las próximas elecciones presidenciales contra Erdogan», explica Ulas Tol, investigador del centro de estudios Core. «En cambio, si Imamoglu o el CHP pierden las grandes ciudades, sería una gran derrota. Sería muy difícil para el partido recuperarse de una pérdida así, porque arrastran la derrota de las elecciones presidenciales en las que parecía que tenían opciones de ganar. La factura de una segunda derrota sería muy pesada», añade.

«Erdogan está tratando de derrotar a la oposición en las grandes ciudades del país para eliminarlos de la carrera presidencial de los próximos años», señala Esen. El analista remarca que la situación económica, con una inflación del 67%, podría tener un papel importante en la contienda. «Erdogan tomó medidas populistas antes de las elecciones presidenciales para aliviar la recesión económica, como aumentar los salarios de pensionistas o distribuir gas natural gratis. Sin embargo, después de las elecciones la economía no ha mejorado», asegura.

Durante la campaña electoral, Erdogan aseguró que no se presentará a la reelección, tras 21 años al frente del país y cumpliendo su último mandato como presidente. «De acuerdo con la ley, estas municipales son mis últimas elecciones, su resultado supondrá una transferencia de responsabilidades hacia los hermanos que vendrán después de mí», declaró en un acto electoral. Su mensaje fue percibido entre la oposición como un movimiento electoral para ganar apoyo durante la campaña, especialmente frente a otras opciones políticas islamistas que están escalando en las encuestas, como el Nuevo Partido del Bienestar (YRP).

Desde hace meses, el Gobierno sugiere su intención de proponer una nueva reforma constitucional y, pese a que aún no se conocen los detalles, se cree que Erdogan buscaría una fórmula para perpetuarse en el poder. «Los comicios locales podrían influir en esta reforma constitucional. Si el partido de Erdogan gana Estambul y Ankara, presionará por una reforma más conservadora en la que él pueda postularse como presidente indefinidamente. La oposición estaría sin fuerza, motivación y apoyo para evitar que esto suceda», explica Esen.

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