Los habitantes de los barrios próximos al río Guaíba en la ciudad de Porto Alegre esperaban por las inundaciones que enfrentan este viernes pero no creían que serían tan graves como las provocadas por las lluvias de los últimos días, que ya dejaron al menos 40 muertos en el sur de Brasil.

La catástrofe climática causada por fuertes lluvias en el sur de Brasil se agravó este viernes, con el aumento de la cifra de muertos y afectados, mientras el avance de las aguas amenazaba a la capital de Rio Grande do Sul con inundaciones «sin precedentes», alertaron las autoridades.

Las brigadas de rescate intentaban alcanzar y abastecer numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con carreteras bloqueadas, e incluso sin energía eléctrica ni agua.

El volumen excepcional de los ríos ha multiplicado las alertas en el estado por rupturas de presas que podrían agravar el desastre.

En Porto Alegre la situación «va a ser sin precedentes», dijo el gobernador Eduardo Leite.

Una calle inundada en pleno centro de Porto Alegre, capital de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil. Foto: AFP Una calle inundada en pleno centro de Porto Alegre, capital de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil. Foto: AFP

«Olvide todo lo que ya vio. En la región metropolitana va a ser mucho peor», advirtió.

El fenómeno climático con lluvias intensas, vendavales y granizo ha afectado a más de 351.000 habitantes, con unos 23.600 desalojados en 235 municipios.

Pero las cifras son preliminares, dado que las aguas que cubren enormes áreas impiden dimensionar el desastre.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajó a Rio Grande do Sul el jueves, donde aseguró que «no faltarán recursos» para afrontar la crisis.

El gobierno ha aportado 9 aeronaves, más de 900 efectivos y decenas de botes salvavidas, entre otros equipamientos.

Capital bajo el agua

El nivel de las aguas del Guaíba subió a 4,5 metros en la mañana de este viernes, su mayor elevación desde 1941 (4,76 metros), e inundó numerosas avenidas en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul. En este estado fronterizo con Argentina y Uruguay viven 1,3 millones de habitantes, que desde hace días viven bajo temporales inéditos que se extenderían hasta el fin de semana.

Las inundaciones se tomaron no solo las áreas próximas a la orilla sino también importantes avenidas como Mauá y Conceiçao y hasta la terminal de ómnibus intermunicipales y los centros de entrenamiento del Internacional y el Gremio, los dos mayores clubes de fútbol de Porto Alegre.

Habitantes de Porto Alegre dejan sus casas en bote. Foto: EFE Habitantes de Porto Alegre dejan sus casas en bote. Foto: EFE

La alcaldía había alertado que la subida de las aguas sería histórica y algunos habitantes de las regiones más bajas llegaron a prepararse, pero no calcularon que la situación sería tan grave.

Tal fue el caso del comerciante Itamar Adams, de 51 años, que el miércoles ayudó a su cuñada a retirar parte de los muebles del primer piso de una vivienda que sabían que se inundaría. Pero este viernes tuvo que volver a intentar rescatar lo que creían que habían dejado a salvo en la segunda planta del inmueble.

En barco para tratar de salvar algo

«La situación es horrible. Aún nos quedan muchas cosas para retirar. El viernes llevamos un camión y retiramos lo que había en el primer piso, incluso la heladera, porque sabíamos que el agua iba a subir bastante», dijo en una entrevista a EFE.

El comerciante agregó que este viernes tuvo que volver, con un barco y una motocicleta acuática, para retirar objetos de valor, como computadoras y electrodomésticos, que habían subido al segundo piso, a donde las aguas también llegaron.

«Ya hemos hechos seis viajes pero la situación se complicó porque la corriente del agua es muy fuerte y cada vez es más arriesgado. Algunas cosas, como los muebles más pesados, ya los perdimos. Afortunadamente todos estamos a salvo», relató.

Otras personas que habitan en las regiones próximas al río Guaiba no tuvieron tanta suerte y perdieron gran parte de sus pertenencias.

Lo peor es que las autoridades prevén que el agua seguirá subiendo en las próximas horas y que la inundación, con una subida de hasta 5 metros, superará la marca histórica de 1941.

Calles y puentes bloqueados

La alcaldía bloqueó unas 200 calles en Porto Alegre y recomendó a los habitantes evitar el centro histórico. Los puentes que cruzan el río en dirección a esta ciudad también fueron bloqueados, excepto para ambulancias y vehículos de rescate.

En Porto Alegre, sin ninguna víctima fatal hasta ahora, la tragedia no es tan grave como en otros municipios de Río Grande do Sul, en donde las lluvias, según el último boletín de la Defensa Civil, el viernes a primera hora de la tarde, dejaban al menos 37 muertos, 74 heridos, 74 desaparecidos y 351.639 personas afectadas .

Al menos 7.949 personas se encuentran en refugios públicos y otras 23.598 en casas de familiares o amigos en al menos 235 municipios de Río Grande do Sul.

Un día después de visitar la región afectada, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que esta es «una de las mayores inundaciones» de las que tiene conocimiento y repitió que el Gobierno no va a escatimar recursos para atender la tragedia.

Fuente: EFE

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