Actualizado Miércoles,
8
mayo
2024

21:02

Trabajadores humanitarios en Rafah han denunciado que los ataques israelíes contra la ciudad «tendrán consecuencias en toda la Franja de Gaza» y que el bloqueo a la entrada de ayuda acelerará la creciente hambruna que asola el enclave. «En Rafah la gente tenía la esperanza de que alcanzaran una tregua pero no ha pasado. Todo el mundo tiene mucho miedo. No saben a dónde ir. En los alrededores de Rafah no hay ni un pequeño lugar donde cobijarse. Hay tiendas de campaña en cementerios, en las carreteras, en los patios de hospitales», describe Ghada AlHaddad, de la ONG Oxfam, en un encuentro online de organizaciones humanitarias que trabajan en la zona.

Las órdenes del ejército israelí de abandonar el este de Rafah hacia el centro de la Franja han forzado a las organizaciones humanitarias y sanitarias que operan en Rafah a reorganizar de nuevo sus planes de emergencia para poder atender a los gazatíes desplazados. Señalan que la situación actual es mucho más complicada que las operaciones anteriores, por la falta de lugares que no hayan sido arrasados por el ejército israelí.

Un hombre lleva en brazos a una niña palestino herido en Rafah.

Un hombre lleva en brazos a una niña palestino herido en Rafah.HAITHAM IMADEFE

«Estábamos en el norte y nos forzaron a movernos al centro, del centro fuimos al sur, luego más al sur. Ahora quieren de nuevo que vayamos al centro. No hay ningún lugar seguro para la población, tampoco para nosotros (las ONG). ¿Cuánto tiempo estaremos aquí? Depende del ejército israelí«, señala Helena Ranchal, de Médicos del Mundo.

En la ciudad de Rafah se encuentran hacinados más de un millón de gazatíes desplazados de otras partes de la Franja, después de que Israel la declarara «zona segura». Decenas de organizaciones humanitarias desarrollaron estructuras de emergencia en la ciudad para poder atender las necesidades alimentarias y sanitarias de la población. Ahora se ven forzadas a reestructurar sus planes de emergencia y desplazarse de nuevo ante el avance del ejército israelí.

A esta incertidumbre se le añade la toma del paso de Rafah, por donde hasta ahora cruzaba con cuentagotas la ayuda humanitaria a la Franja. Desde hace tres días no entra ningún alimento ni combustible. «Nos preocupa mucho el cruce de Rafah, era el único lugar por el que los equipos humanitarios entraban y salían del enclave. Ahora está cerrado», alerta Ranchal. «Tenemos medicinas que esperan al otro lado del cruce. El combustible también es vital para todo el mundo, no solo para el transporte, se necesita para que trabajen los hospitales, operar las máquinas», añade.

«El cierre de Rafah supone el colapso total del sistema sanitario y de las operaciones humanitarias incluso antes de la invasión total de Rafah. Las ONG tienen que reubicarse no se sabe dónde, porque no hay lugar dónde ir», advierte Jeremy Konyndyk, de la organización Refugees International. «Una operación terrestre tendrá impacto en toda Gaza porque en Rafah se encuentran los restos de todo el sistema sanitario de la Franja», lamenta.

De continuar el bloqueo total del cruce de Rafah, las organizaciones humanitarias que proveen alimentos calculan que podrían continuar trabajando entre dos y cuatro semanas. La ONG alimentaria Rebuilding Alliance, que trabaja con el Programa Mundial de Alimentos, señaló que les falta fruta fresca y dulces para atender a un número creciente de pacientes con hambruna y hepatitis. «El cierre de Rafah supone una gran carga para nosotros. Estamos intentando mover nuestras cocinas a zonas más seguras, creando un centro de evacuación para nuestro personal. El martes trasladamos varios kilos de comida a un lugar más seguro pero el transporte mismo se ha triplicado de precio«, ha descrito Rafeek ElMadhoun, nutricionista de Rebuilding Alliance.

«Es un círculo vicioso en el que la guerra provoca heridos, la hambruna empeora la situación de los heridos, a diario mueren personas que podrían salvarse si no sufrieran malnutrición», ha explicado el cirujano Nick Maynard, que regresaba de trabajar en Rafah. «En los últimas dos semanas hemos visto infecciones muy complicadas que derivan de una nutrición inadecuada», añade.

Si bien hasta ahora la hambruna se concentraba en el norte de la Franja, donde han muerto 30 personas en el último mes, los trabajadores sanitarios han detectado que aumentan los casos en el centro y sur de la Franja. «Muchos niños tienen partes del cuerpo amputadas. Tienen tanta hambre que no logran caminar. Estos niños no pueden coger sus cosas e irse a otro lugar más seguro», explica Alexandra Saieh de la ONG Save The Children.

La malnutrición merma por completo el sistema inmunitario, agravando las heridas por bombardeos en Gaza. «Sólo vemos la punta del iceberg. La falta de medicinas para tratar la desnutrición, la falta de alimentos… Si la operación continúa empeorará la hambruna», advierte Maynard. Miles de amputados no logran curarse por la malnutrición, tienen los huesos expuestos, sus heridas no se cierran. Morirán si no son tratados», concluye.

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