Aimee Harris, una mujer de la ciudad de Palm Beach, en Florida, Estados Unidos, fue condenada este martes a pasar un mes en prisión y tres más en arresto domiciliario por haber robado el diario íntimo de Ashley, la hija más joven del presidente norteamericano, Joe Biden.

En 2020, Harris había sustraído la publicación privada junto con otros objetos pertenecientes a la hija de Biden de la casa de un amigo en Delray Beach, en el estado del sur estadounidense. Posteriormente lo vendió a Project Veritas, un grupo activista de extrema derecha estadounidense vinculado al partido republicano, conocido por llevar a cabo grabaciones con cámara oculta que han apuntado contra medios de comunicación, organizaciones sindicales y políticos demócratas.

Tras ser arrestada, Harris se disculpó entre lágrimas por haber permitido que se vendiese el diario y se declaró culpable de un cargo de asociación delictiva, admitiendo haber recibido 20 mil de los 40 mil dólares que Project Veritas pagó por los objetos personales de Ashley.

El fiscal pidió una pena de prisión de 8 a 6 años, ya que la mujer no se presentó a varias audiencias. Pero el tribunal federal de Manhattan, a cargo de la jueza Laura Taylor Swain, no bien señaló que las acciones de la mujer fueron “despreciables”, otorgó una sentencia de un mes en prisión y tres más en arresto domiciliario.

“No creo estar por encima de la ley”, había dicho Harris, y justificó sus reiteradas inasistencias diciendo que estaba cuidando a sus dos hijos, de 8 y 6 años. La finalmente condenada manifestó además ser una sobreviviente de violencia doméstica y traumas sexuales prolongados.

Mientras un abogado de Ashley Biden observaba desde la sección del público de la corte, Harris pidió disculpas a la hija del presidente, señalando que lamentaba hacer que su niñez y vida se hicieran públicas.

Ashley Biden había dejado sus objetos personales en esa casa creyendo que estaban seguros, tras pasar una temporada allí en la primavera de 2020.

La hija más joven del primer mandatario estadounidense es empresaria de moda sostenible, trabajadora social y una mujer comprometida con el medio ambiente. Nació del vínculo de Biden con su segunda esposa, Jill.

Es la creadora de Livelihood, una firma de ropa sustentable sin ánimo de lucro que en su propia web explica su filosofía: «Una compañía de ropa informal con conciencia ética y social, inspirada por la gente común y extraordinaria».

Confeccionados con algodón orgánico y con un precio entre 79 y 100 dólares, (entre 67 y 85 euros), el 10% de las ventas de la marca es destinado a organizaciones benéficas de Delaware y Anacostia (en el estado de Columbia), donde comenzó Ashley como trabajadora social.

Con información de AP.